Hace muchos años, casi una década diría, comencé a escuchar sobre experiencias turísticas. En ese momento (un curso de posgrado) lo vimos como una opción para implementar en turismo rural, para generar diferenciación y recuerdos memorables. Ahí escuché por primera vez hablar de la “economía de las experiencias” de Pine y Gilmore; y de los “5 módulos del marketing experiencial” de Bernd Schmitt. Fueron ideas que llamaron mi atención, pero quedaron ahí, como “algo más”.
Luego, con el correr del tiempo, he leído, escuchado, e incluso hablado sobre experiencias turísicas, pero nunca, hasta este 2020, había pensado en bucear tan profundo…
En marzo, con la aparición de la pandemia, comenzó una maratón de webinars, charlas, debates, seminarios y cuanta actividad haya dando vueltas por el mundo, y se empezó a hablar del “día después”, de la “nueva normalidad”, del nuevo turismo, y tantos análisis más… y allí estaban nuevamente ellas: las experiencias turísticas.
Decidí entonces, con la curiosidad y persistencia que me caracterizan, empezar a buscar libros, información, papers, cursos, que me brindaran un poco más de conocimientos. Porque si bien en la “nueva normalidad” muchos dicen que los turistas van a buscar experiencias turísticas, nadie (o muy pocos) hablan de cómo crearlas y comunicarlas.
Hoy, estoy convencida que el camino a seguir son las experiencias; los sentimientos, emociones, pensamientos y transformaciones que generamos con ellas y cómo las comunicamos. Por ello surge este espacio, para transmitir lo que sé y aprendo en este camino… y ¿por qué no? mis apreciaciones y descubrimientos, para ayudarlos a crear y comunicar las mejores experiencias. Experiencias que perduren en nuestra memoria, esas que, aunque pasen muchos años, recordaremos.
El vuelo ya despega, ¿vamos?
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